- Establecer algunas reglas y directrices básicas sobre el tiempo de pantalla permitido cada día
Las pautas parentales sobre el tiempo de pantalla deben ser reglas que funcionen para tu familia. Si no quieres que tus hijos pasen más de dos horas al día frente a las pantallas, establece esa norma. Pero las normas sobre el tiempo de pantalla deben ser lo suficientemente flexibles como para tener en cuenta los diferentes grupos de edad y las circunstancias individuales. Por ejemplo, los niños más pequeños pueden necesitar menos tiempo de pantalla que los mayores, y los niños con necesidades especiales pueden necesitar más. Lo que funcionaba cuando tu hijo tenía 3 años puede no funcionar cuando tenga 8, así que es importante ser flexible y ajustar las reglas según sea necesario. Por encima de todo, el objetivo es encontrar un equilibrio que funcione para todos los miembros de la familia. Se trata de encontrar el equilibrio adecuado para tu familia.
- Reserva momentos específicos del día en los que estarás disponible para pasar tiempo con tus hijos: ¡deja el teléfono a un lado!
Es importante reservar momentos específicos del día en los que estés disponible para pasar tiempo de calidad con tus hijos. Durante este tiempo, aparta el teléfono y presta toda tu atención a tu hijo. Esto les ayudará a sentirse valorados y queridos, y también te dará la oportunidad de conectar realmente con ellos. Puede ser difícil mantener la concentración cuando nos bombardean constantemente con notificaciones, pero hacer un esfuerzo por desconectar de nuestros dispositivos nos hará, en última instancia, mejores padres. Así que reserva un tiempo de calidad cada día y disfruta de esos momentos especiales con tus hijos.
- Asegúrate de mantener conversaciones de calidad con tus hijos, no sólo sobre el colegio o lo que han hecho ese día, sino también sobre sus pensamientos y sentimientos
La conversación de calidad es una parte importante de la crianza de los hijos. No se trata sólo de preguntar a tus hijos cómo les ha ido el día o qué han hecho en el colegio. También se trata de escuchar realmente sus respuestas y comprometerse con ellos a un nivel más profundo. Esto puede ser difícil de hacer cuando estás ocupada con el trabajo u otras responsabilidades, pero es muy importante para el desarrollo de tu hijo. Las conversaciones de calidad fomentan la comunicación y las habilidades de pensamiento crítico, y también ayudan a fomentar la autoestima y la confianza. Así que la próxima vez que hables con tu hijo, escucha de verdad lo que te dice y tómate el tiempo necesario para hablar con él a un nivel más profundo. Esto marcará una gran diferencia en sus vidas.
- Participa en sus aficiones e intereses, aunque no sepas mucho de ellos
Puede ser difícil conocer a alguien cuando no se comparten intereses comunes. Sin embargo, participar en sus aficiones e intereses es una forma estupenda de conocerle mejor. Demuestra que te interesa como persona y que estás dispuesto a probar cosas nuevas. Aunque no sepas mucho sobre sus aficiones e intereses, apreciarán tu esfuerzo y es más probable que se abran a ti. Quién sabe, puede que incluso descubras que te gustan sus aficiones e intereses más de lo que pensabas.
- Ten paciencia: se necesita tiempo para establecer relaciones sólidas con tus hijos
Tener hijos es una de las experiencias más gratificantes que puede vivir una persona. Pero también es una de las más difíciles. La paciencia es la clave cuando se trata de criar a los pequeños. Lleva tiempo establecer relaciones sólidas con tus hijos, y habrá muchas pruebas y errores en el camino. Esto es perfectamente normal. Recuerda que hay que ir día a día y que, con el tiempo, desarrollarás el increíble vínculo que siempre has soñado tener con tus hijos.
- Demuéstrales que les quieres incondicionalmente, pase lo que pase
El amor incondicional es una de las cosas más increíbles del mundo. Es un amor que no conoce límites y puede superar cualquier obstáculo. Es el tipo de amor que todos aspiramos a tener para nuestros hijos. Cuando amamos a alguien incondicionalmente, no lo amamos por lo que hace o por lo que es, lo amamos simplemente porque existe. Ese amor incondicional es algo verdaderamente especial y raro. Es un amor que puede cambiar el mundo. Si más personas pudieran aprender a amar incondicionalmente, este mundo sería un lugar mucho mejor. Todos tenemos la capacidad de amar incondicionalmente, sólo tenemos que elegir hacerlo. La próxima vez que te sientas deprimido o como si no fueras lo suficientemente bueno, recuerda que hay alguien ahí fuera que te ama incondicionalmente, pase lo que pase. Permite que ese amor incondicional te llene y te dé fuerzas para seguir adelante. Eres digno de ese tipo de amor. Nunca lo olvides.
Cristina