Ser papás y mamás presentes

Ser papás y mamás presentes

El desarrollo de nuestros hijos se encuentra íntimamente asociado con nuestra presencia en sus vidas. Es por ello que Ana Lucía nos motiva a que nuestro nuevo objetivo como papás y mamás sea ser una presencia formadora y nutritiva en la vida de nuestros hijos.

 

Como papás pasamos la mayor parte de nuestros días cuidando que las necesidades de nuestros hijos estén cubiertas, sin embargo esto no necesariamente es sinónimo de “estar con ellos” todo el día. Es realmente fácil caer en la monotonía del día a día y olvidarnos de lo que es realmente importante.

Ser papás presentes nunca había sido un reto tan grande. Hoy en día vivimos situaciones particulares: la presencia de tecnología en nuestras vidas, las expectativas y paradigmas que definen nuestros roles, hogares en los que ambos padres trabajan y esto sin mencionar que vivimos en tiempos de pandemia.

Quiero hacer una pequeña pausa para hacer una aclaración importante: no hay papás/mamás perfectos. El sentimiento de culpa o la frustración que provoca el no alcanzar ciertas expectativas puede que contamine la percepción que tienes de tí como padre. Mientras lees esto te invito a reflexionar y a que tu nueva meta sea ser un papá o mamá presente y no perfecto.

Ser papás y mamás presentes implica no solo tener una presencia física en la vida de nuestros hijos de forma constante sino también que esa presencia sea de calidad. Esta presencia física, mental y emocional da lugar a que papá/mamá e hijo/a se reconozcan el uno al otro.

En su libro ​The Power of Showing Up Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson introducen 4 “S” (por sus nombres en inglés) que describen las formas en las que podemos ser papás y mamás presentes. La primera se refiere al sentido de ​seguridad que nuestros hijos experimentan al saber que haremos lo necesario para mantenerlos sanos y a salvo. La segunda implica el ​ver y reconocer a nuestros hijos, al atender sus necesidades y prestar atención a quiénes son y lo que necesitan. La tercera nos invita a ser un refugio de calma cuando nuestros hijos se sientan lastimados o indefensos. Y la última supone la capacidad que como padres tenemos de proteger​ a nuestros hijos.

El desarrollo de nuestros hijos se encuentra íntimamente asociado con nuestra presencia en sus vidas. Estudios han demostrado que un niño que crece con al menos un adulto presente en su vida tiene mejor desempeño académico, personal y laboral que aquellos niños que no tuvieron dicha experiencia. Un papá o mamá presente logra trabajar en conjunto con su hijo/a y ser una fuente de guía y apoyo, especialmente cuando la vida les presente retos.

Como de costumbre, termino haciéndoles una invitación, a que dejemos a un lado las presiones y expectativas que la sociedad, compañeros o familiares puedan intentar poner sobre nosotros. Que nuestro nuevo objetivo como papás y mamás sea ser una presencia formadora y nutritiva en la vida de nuestros hijos.

 

Ana Lucía 

@learning.mom.clubgt

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