Montessorízate

“Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo.”

- María Montessori

Una guía práctica para ayudarte a encontrar claridad y confianza al aplicar los principios Montessori en casa.

Al utilizar esta guía, tendrás los pasos básicos para que Montessori funcione para ti y adaptar el método a tus necesidades únicas y a la vez, promover independencia, creatividad y exploración en casa. Y es que esta guía va de ser feliz, en casa, con tus hijos, con lo que tienes, sin comprar cosas. Solo sintiendo, amando, descubriendo. Solo siendo tú, con una nueva mirada hacia ellos, porque tu mirada es una varita mágica, igual que tus besos son un botiquín.

El método Montessori da resultados sorprendentes en el plano emocional, pero, además tiene una ventaja clara para nuestra organización en casa, ya que nos anima a hacer de nuestro hogar un espacio ordenado, minimalista, bello y lleno de calma — adaptándonos siempre a las peculiaridades de nuestra familia y nuestra cultura—, que permite a nuestros hijos sentir que son autónomos, responsables y que forman parte de nuestra vida diaria. En esencia, el método Montessori es esto y no tiene nada que ver con comprar muchos materiales carísimos, colocarlos en las estanterías de casa y esperar que el milagro suceda por arte de magia.

¿Estás lista? Me siento emocionada y honrada de poder ser parte de tu historia.

1. Baja al nivel de tu niño/a y mira tu casa de la forma en que el/ella la ve.

Pregúntate: ¿es seguro el ambiente? Al ofrecerle al niño un ambiente seguro en el que moverse libremente, le estamos otorgando todo el protagonismo sobre su aprendizaje, en función del periodo sensible de movimiento en el que se encuentre.

2. Crea orden.

Reduce la cantidad de juguetes y actividades tu niño/a tiene disponibles a la vez. Cuanto más sencillo y despejado es un ambiente, más fácil es mantener el orden. El ambiente, la estructura, permiten establecer los límites dentro de los cuales los niños pueden ser libres a la hora de aprender. Es preciso no tener miedo a la firmeza, puesto que nos da estructura, y esto nos permite movernos y encontrar el equilibrio de nuestra familia.

3. Piensa en las tareas diarias que tu niño/a estará haciendo y planifica los espacios alrededor de estas actividades.

Adapta los espacios que quieres crear para tu niño/a al espacio de tu casa. Usa el espacio que tienes disponible. Los niños suelen adorar jugar con el agua; podemos aprovechar este interés para animarlos a hacer algo que les haga sentir capaces, como encargarse de regar las plantas.

4. Presentar las actividades en bandejas ayuda a favorecer el sentido del orden y la recogida posterior de los materiales usados.

Debe ser minimalista. Menos, es más. Podemos almacenar y rotar los juguetes para evitar la sobreabundancia. Cuantos menos juguetes haya, más sencillo será para el niño elegir entre distintas opciones, así como recoger. Entre seis y ocho actividades es un buen número.

5. Observa a tu niño/a:

¿En qué está interesado/a? ¿Qué hace a tu niño/a feliz? ¿En qué está trabajando en esta etapa de desarrollo? Diseña tu ambiente preparado para apoyar estos intereses y necesidades. los niños pueden utilizar lo mismo que nosotros, a un tamaño más reducido. Por ejemplo, este vasito de yogur tiene el tamaño perfecto para esas pequeñas manitas. Si se rompiera el cristal sería una magnífica oportunidad de mostrarle cómo reparamos los errores.

6. Modela como interactuar con el ambiente.

Debe ser bonito, sencillo, atractivo, acogedor y con gran sentido estético. Las cosas bonitas, cuidadas y ordenadas nos invitan a cuidarlas con más ganas, y la mente absorbente del niño interiorizará toda la belleza del ambiente.

7. Observa como tu niño/a está usando el ambiente.

Modifica el ambiente de acuerdo a lo que tu niño/a necesita. Elimina cualquier obstáculo que interrumpa o distrae a tu niño/a. Debe crecer con el niño, es decir, adaptarse a cada uno de los momentos por los que él pasa. Cuando hay dos o más hermanos, podemos organizar los materiales en dos alturas, y cuando el pequeño aprenda a usar bancos, ¡imaginación al poder! Sobre todo, animaremos a los mayores a participar en la toma de decisiones al respecto. Debe contener objetos adecuados al desarrollo del niño. De nada le sirve a un bebé tener en las manos un rompecabezas de trescientas piezas y, al revés, un niño de cuatro años no le sacará demasiado partido a una sonaja. De ahí la necesidad de guardar lo que no se use y rotarlo con el tiempo. 

8. Se puede seguir la filosofía Montessori en casa sin ningún tipo de material y aunque los niños asistan a un colegio tradicional.

El método Montessori para el hogar se basa en el respeto mutuo, la libertad y la autonomía. Siempre merece la pena cooperar con nuestros pequeños y alentarlos a ser la mejor versión de sí mismos. Además, en casa no es necesario ser dogmáticos, la máxima «sigue al niño» debe prevalecer por encima de todo.

Gracias por tomarte este tiempo para ti y gracias por invertirlo en tratar de ser mejor, por ellos, por ti, por el mundo.

¿Te gustaría apoyo personalizado? ¡Me encantaría conectar contigo!

Envíame un mensaje a @toparents.fromteachers o un correo electrónico: dianacajasc@gmail.com

Diana Cajas Córdova

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