Los padres tienen el control
Tú decides qué alimentos se compran en casa y cuándo se sirven. Los niños pueden pedir a sus padres que les dejen comer alimentos menos nutritivos, pero son los adultos los que deciden lo que entra en casa. Los niños no pasarán hambre porque en tu casa no haya lo que quieren comer. Comerán lo que haya en las alacenas y en la nevera.
Permite que tu hijo decida lo que quiere comer o si quiere comer
También debes dejar que tu hijo opine sobre lo que come. Deja que elija qué alimentos quiere comer y en qué cantidad. Puede que te parezca que esto es darles demasiada libertad, pero si sigues la primera recomendación de esta lista, tu hijo sólo podrá elegir entre los alimentos saludables que hayas decidido comprar y preparar.
Olvídate de "dejar el plato limpio"
Deja que tu hijo deje de comer cuando se sienta lleno. Así aprenderá a escuchar a su cuerpo y a saber cuándo debe parar. Si el niño aprende esto, es menos probable que coma más de lo necesario.
Reescribe el menú infantil típico
Cuando coman fuera, deja que tu hijo pruebe diferentes alimentos. Puede que esté más dispuesto a experimentar de lo que crees. Puedes empezar dejándole probar un poco de lo que has pedido o pidiendo una pequeña tapa o ración para que la pruebe.
Anima a los niños a comer con atención
Anima a los niños a comer despacio y con atención. El cerebro tarda 20 minutos en registrar que el estómago está lleno. Ayúdales a aprender a escuchar a su cuerpo y a dejar de comer cuando estén satisfechos.
Limita el tiempo de pantalla y promueve que la familia se mueva más
Así evitarás que tu hijo coma bocadillos poco saludables mientras ve la televisión o utiliza el ordenador. Las investigaciones han demostrado que los niños que ven menos la televisión también tienen menos grasa corporal. Cuando se limita el tiempo de televisión y de ordenador, los niños encuentran formas más activas de pasar su tiempo.
Modela hábitos alimenticios saludables para tus hijos.
Sé un buen ejemplo comiendo juntos en familia siempre que sea posible. Hazles ver que disfrutas de los alimentos nutritivos y ellos también lo harán.
No confundas la comida con el cariño
Haz que la hora de la comida sea agradable. Evita utilizar la comida como premio o castigo.