“A lavarse los dienteeeees!”
“¡No me quiero lavar los dientes!”
“Ahora no, en un rato me los lavo.”
Una rutina que se debe practicar desde pequeños. Es importante presentarles cepillos de dientes acorde a su edad para que puedan usarlos sin lastimarse su boquita. Puedes invitarlo a que te acompañe cuando tú te lavas los dientes, ya que los más pequeños aprenden mejor por imitación.
Tuve la suerte de tener a una dentista de confianza que me recomendó empezar a una temprana edad con un cepillo de silicón y preparar a mi hija grande con esa rutina tan importante.
Si tienes un peque más grande que necesita fortalecer esa rutina, te he preparado un eggsperiment que te ayudará a demostrarle el por qué es importante lavarse los dientes.
¡Hay que ver para creer!
Puedes descargar la actividad de Teeth eggsperiment aquí. Encontrarás las instrucciones, el laboratorio y una tabla de recordatorio.
Descubre qué sucede si no te lavas los dientes y los dejas con comida. La mejor manera de que tu peque pueda entenderlo es usando sus sentidos para descubrirlo. En este caso, dejando los huevos sumergidos en diferentes líquidos durante la noche.
Notará como las cáscaras de huevo han sido manchadas y aún después de lavarlos con cepillo y pasta, no han vuelto a ser las mismas.
Estará más consciente de la importancia de cepillarse los dientes ya que no querrá que sus dientes queden manchados o dañados como las cáscaras de huevo del experimento.
El método Montessori es fiel defensor de las tablas de rutinas, ayudan a tu peque a organizarse y evitan que tengamos que repetir todo mil veces. Esta le enseñará a marcar si se lavó los dientes o no y a recordarse que debe hacerlo.
Prepárale un espacio en donde el cepillo de dientes y pasta estén a su alcance y pueda hacerlo por sí solo. Puedes ponerlo cerca del tuyo y hacerlo juntos. Intenta cepillarte los dientes en cámara lenta para que pueda observar cómo lo haces.
Si tu peque está en la etapa de sus primeros dientes te recomiendo estos fantásticos cepillos de dientes de silicón.
Recuerda que los peques imitan y a veces no se necesitan mil palabras para enseñar.
Karen de Edeas