"Casi todo el mundo piensa que sabe qué es una emoción hasta que intenta definirla. En ese momento prácticamente nadie afirma poder entenderla."
Weneger, Jones y Jones
Sin duda alguna este año 2020 ha sido un año lleno de emociones, más bien como una montaña rusa de emociones. Al inicio de la pandemia, ni yo misma sabía cómo me sentía, así que decidí conocer más acerca de las emociones, cómo manejarlas y enseñarles a mis 4 hijas acerca de ellas. La palabra emoción significa mover o trasladar desde, así que una emoción nos mueve desde nuestro estado actual a otro. Este movimiento lo podemos observar en nuestras expresiones faciales, nuestros ademanes, en el tono de nuestra voz.
Los adultos por lo general sabemos reconocer nuestras emociones, es decir que podemos nombrar lo que sentimos, podemos identificar la emoción por su nombre. De esta manera, nos es más fácil ocuparnos de ella y tener una mejor idea de cómo podemos manejarla.
Los niños al inicio demuestran sus emociones de una manera distinta, las muestran con acciones. Ellos liberan su carga emocional a través del cuerpo, algunas veces con algún movimiento de manos, tirando algún objeto, llorando, abrazando, dando besitos, riendo fuerte y a veces mordiendo.
Actividades para reconocer las emociones
El primer paso es que nuestros hijos reconozcan las emociones por su nombre. Esto lo podemos hacer a través de:
- Libros: La lectura de libros acerca de emociones les ayuda a aprender el nombre de las emociones, a reconocer cuándo las han sentido e ir conociendo cómo las pueden manejar. Podemos aprovechar a preguntar ¿Cuándo te has sentido así? También nosotros participar y comentarles cuándo nos hemos sentido tristes, felices, enojados etc. Un libro muy bonito es el Monstruo de Colores de Anna Llenas.
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Juegos y actividades: son una manera sencilla y divertida en la que nuestros hijos pueden aprender y poner en práctica las habilidades ya adquiridas.
- Jugar mímica de emociones
- Ponerlos a moldear con plasticina, play dough o Magic Cloud las expresiones de las diferentes emociones.
- Dibujar y pintar las emociones. Pueden verse en un espejo y dibujarse. Podemos incluir música y que pinten conforme lo que la pieza musical los haga sentir.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a manejar sus emociones?
Una vez nuestros hijos reconocen sus emociones, es importante que sepan qué los hace sentir de esa manera para poder expresar adecuadamente cómo se sienten sin herir los sentimientos o faltarle el respeto a los demás. El autoconocimiento permite que nuestros hijos tengan la llave para regular sus emociones.
“De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo.”
William Shakespeare
Debemos de explicar a nuestros hijos que antes que una emoción se manifieste con fuerza, vamos teniendo unos avisos o señales que nos indican que nos estamos sintiendo de alguna manera. Podemos imaginar que una emoción es una comida y vamos a describir qué ingredientes lleva, de esta manera podemos averiguar cuáles son estos avisos o señales que nos llevan al desborde de una emoción.
Otras actividades para inculcar educación emocional en nuestros hijos:
- Con el nombre de nuestros hijos, por cada letra, que ellos pongan una virtud que ellos posean que inicie con esa letra.
- Crear su silueta en un rollo de papel y luego mencionar o escribir ¿Qué me hace ser yo? Por ejemplo, mis fortalezas, debilidades, gustos, características etc.
- Crear un rincón o espacio en la casa dónde nuestros hijos puedan llegar cuando están teniendo una emoción muy fuerte. Un lugar donde puedan encontrar nuevamente la calma. Este rincón puede tener libros, hojas de papel, pintura, crayones, plasticina. Algo que sepamos que les gusta, que los calme.
- Hacer una ruleta de opciones: en un momento en el que nuestro hijo se encuentra relajado, crear una lista de qué cosas puede realizar cuando está sintiendo una emoción muy fuerte como el enojo, disgusto, tristeza. Colocar estas opciones en un círculo, para crear una ruleta, de esta manera al girarla podrá llevar a cabo una de las cosas que le devuelvan la calma.
- En un momento en dónde estemos todos los miembros de la familia reunidos, comentar qué cosas nos han gustado y qué cosas no nos han gustado que nos hayan hecho otras personas.
Las actividades que elijamos nos sirven tanto a nosotras como a nuestros hijos, ya que es importante iniciar con nosotras mismas para ayudar a nuestros hijos. Esto es porque los niños son excelentes imitadores. Por último recuerda que no hay mejor mamá que tu para tus hijos.
